«Radical Video», la experimentación a todo color de Nam June Paik

Núria Gurina

«Del mismo modo que el “collage” ha desbancado a la pintura al óleo, el tubo de rayos catódicos sustituirá al lienzo». Con estas palabras y sin vacilar, Nam June Paik (Seúl, 1932 – Miami, 2006) sentenciaba el futuro del vídeo, un nuevo medio que acababa de nacer pero que ya anunciaba que había llegado para quedarse.

Corría el año 1965 y Paik, ataviado con su recién adquirida Sony Portapak —la primera cámara de vídeo portátil— estaba en un taxi cuando topó con la visita del Papa Pablo VI en Nueva York y decidió darle al play. Poco después, proyectaría la cinta en público y redactaría un manifiesto que, bajo el nombre de «Electronic Video Recorder», sentaría las bases de su trabajo con el medio audiovisual. El vídeo, hasta entonces patrimonio exclusivo de las cadenas de televisión, pasaba a ser de uso común, y los artistas de los 60 y 70 no tardarían en tomarlo como campo de experimentación artística en un nuevo régimen comunicativo dominado por el reinado de la pequeña pantalla.

Un visionario radical

 

Convencido de que arte y tecnología iban de la mano, Paik no sólo fue un pionero en el uso del vídeo, sino un visionario radical que entendió como nadie los cambios socio-culturales de la época y sus múltiples posibilidades. Ahora, en el marco del Festival LOOP, el MNAC muestra «Nam June Paik. Radical Video», una selección de seis vídeos emblemáticos del artista realizados durante los años 70 y en los que se vislumbra, con total claridad, la influencia de John Cage, su paso por Fluxus, el uso del sintetizador para manipular imágenes televisivas preexistentes, y la yuxtaposición sin tregua de referencias procedentes de la vanguardia artística con las nuevas manifestaciones de la cultura popular.

Y es que para Paik cualquier futuro posible pasaba por la implantación de una televisión global, participativa, abierta, multidireccional y antijerárquica que posibilitara una relación de intecambio e igualdad entre el espectador y los medios de producción audiovisuales –algo que desde nuestro aquí y ahora remite ineludiblemente a Internet y a las políticas del procomún–. La experimentación con el vídeo se presentaba, así, como el blanco perfecto para eleborar una visión crítica, pero también lúdica, de la sociedad de consumo del momento; la táctica: infiltrarse en los mecanismos del lenguaje televisivo para, desde dentro, subvertirlos completamente.

El camino hacia la globalización

Bajo esta mirada se presenta «Radical Video», una exposición sin videointalaciones ni videoesculturas pero con «Global Groove» (1973) comobuque insignia: un «collage visual» a todo color en el que Paik mezcla sin distinción imágenes de universos culturales remotos. Anuncios de Pepsi de la televisión japonesa junto a «performances» de John Cage; bailarinas de rock con coreografías coreanas; Charlotte Moorman tocando el TV Cello, y un sinfin de referencias que, desde la iconografía pop a las prácticas vanguardistas, confluyen en este experimento audiovisual para conformar una obra que anuncia el camino hacia la globalización que más tarde emprendería la televisión e Internet.

Una obra, la de Paik, disruptiva a todos los niveles, que se anticipa al lenguaje del «copy&paste» («copia y pega») contemporáneo y a los vídeos virales que hoy colonizan Youtube. Y una exposición, la del MNAC, que hecha la vista atrás para entender el presente. Quizá, por muy avanzado que fuera, ni tan siquiera él hubiera imaginado las derivas de la comunicación ubicua de nuestros tiempos. O quizá sí.

 

Título: «Radical Video», la experimentación a todo color de Nam June Paik

Fechas: del 18 de mayo al 30 de junio de 2017.

Foto: ABC

Publicación original: http://www.abc.es/cultura/cultural/abci-radical-video-experimentacion-todo-color-june-paik-201705260052_noticia.html