Hannah Collins.Escribiré una canción y la cantaré en un teatro rodeada por el aire de la noche. Fundació Antoni Tàpies Comisario: Carles Guerra Del 21 de junio al 13 de octubre de 2019.

ANNA MARIA GUASCH

@Publicado en Culturas /La Vanguardia 24 agosto 2019

Carles Guerra , comisario de la muestra de Hannah Collins , sitúa la exposición  en el marco de la línea programática de la Fundació Tàpies en el sentido de presentar episodios de la modernidad que, se deslizan o sitúan  en  situaciones políticas adversas, es decir en las que vivió y cultivó para su creación el propio Tàpies.  Pero, dejando a un lado tales circunstancias,  Guerra parte conceptualmente  de una interesante reflexión entre video, cine, fotografía y arquitectura que se constituye a partir del antecedente de Jean-Luc Godard  y de la obra de Hannah Collins y  Hassan Fathy.  Si para Godard el video repiensa el cine, en Collins la fotografía, permite repensar la arquitectura.  Este relato hace que la exposición se construya  a través de las fotografías de carácter monumental y documental de Collins  de una historia de arquitectura “local” , la del arquitecto egipcio Hassan Fathy (1900-1989) y, en concreto, de  su  singular aportación al modernismo/ antimodernismo arquitectónico en el período comprendido entre  los años cuarenta y sesenta del pasado siglo.

Collins sigue en este sentido fiel a su manera de entender la creación artística como una síntesis visual de etnografía, globalización y geopolítica. El trabajo de campo  lo ha llevado a cabo en territorios egipcios: en la orilla izquierda del Alto Nilo, en Tebas,  en Nueva Gourna y Nueva Baris, cerca de Luxor , lugares en los que Fathy proyectó y construyó proyectos de arquitectura popular o de carácter  social que en la actualidad pueden considerarse fracasados o sencillamante abandonados. Este hecho sitúa la exposición de Collins en su constante interés por el “otro” como se manifestó en  videoinstalaciones como las de La Mina (2001-2004), Parallel (2007)  o Current History (2006).  En todas ellas, la creadora buscó el diálogo intercultural de igualdad de sus protagonistas a partir de frágiles conexiones entre los individuos,  los grupos sociales y  los espacios de la memoria  en los que se superponían  distintos tiempos, fuesen reales o imaginarios.

En este caso en concreto, no hay que olvidar al respecto que el interés de Collins por la arquitectura de adobe , de bajo coste y de carácter popular  nació en paralelo  a través  de sus largas estancias  en Almería y del conocimiento de las teorías expuestas por Fathy en su libro Architecture for the Poo: An Experiment in Rural Egypt (2000). En el  texto el arquitecto egipcio reflexiona sobre la arquitectura rural, la  de los habitantes de las periferias, la arquitectura  de materiales pobres totalmente alejada de la  construcción canónica moderna, es decir, la derivada de la Unidad de Habitación de Le Corbusier y de la  otros  maestros del movimiento Internacional.

A partir de ahí, el viaje por de Collins a Egipcio era absolutamente necesario para captar fotográficamente los proyectos arquitectónicos de Fathy  abandonados a su suerte, sin ninguna base documental. En ellos Collins encontró su aliento creativo. Así, por ejemplo, en el proyecto de Nueva Gourna (1945-1947) , cerca de Tebas en la orilla izquierda del Alto Nilo,  quedó fascinada por lo que era una ciudad muerta, levantada con materiales pobres, al margen del aluminio y del hormigón y constuida  con una técnica nativa que el arquitecto  aprendió en Nubia y que compartió en la década de los cuarenta  con los habitantes del lugar para lograr la que tenía que ser una aspiración comunitaria.

El trabajo y la operación de “rescate”  de Collins se desarrolla en dos ámbitos: el icónico que se concreta en centenares de fotografías fijas realizadas con una cámara digital que constituyen  la base del documental de treinta minutos de gran impacto visual y la banda sonora que relaciona imagen , sonido y territorios, en este caso en colaboración con el compositor Duncan Bellamy,  sonidos  del propio lugar, sonidos liberados de la partitura musical y más cercanos al ruido ambiental  que a la música convencional.  En este sentido ,  comprendemos mejor título de la muestra Escribiré una canción y la cantaré en un teatro rodeada por el aire de la noche , de evidentes connotaciones musicales, que utiliza Collins para reafirmar y dar sentido al carácter poético de su proyecto.