La suma de distintos tiempos

John Gerrard, X. laevis, 2017.

Al descubierto o a escondidas. La presencia rebelde de un
futuro íntimo

Comisariado: Raqs Media Collective

 

ANNA MARIA GUASCH

“ Dicen que conocemos mejor las galaxias que el fondo de los océanos de la tierra”, afirman el colectivo Raqs Media Collective integrado por los artistas indios Jeebesh Bagchi, Monica Narula, y Shuddhabrata Sengupta reconocidos por su inquisitiva e intelectual polémica aproximación al mundo del arte basada en una actitud colaborativa que incorpora a arquitectos, científicos, escritores o directores de teatro.

Es esta actitud colaborativa la que explica el proyecto curatorial para el Macba de Barcelona titulado Al descubierto o a escondidas. La presencia rebelde de un futuro íntimo de no fácil lectura que aparte de su fuerte componente estético que busca la belleza sin más componendas, se propone “desvelar” el misterio de universos políglotos en los que lo racional y lo político cede su lugar a lo poético.

Resulta interesante acudir al significado del nombre del colectivo: la palabra Raqs se refiere a todo movimiento que se produce girando, a medio camino entre la danza, la contemplación cinética y la constante imbricación entre el mundo y el tiempo. Y es este movimiento circular, de eterno retorno, de circunvalación en torno a un conjunto de pensamientos hindúes, la que explica el recorrido laberíntico de la exposición, la huida de todo ángulo recto y la profusión de paredes curvas, de muros en diagonal que buscan atravesar rasgar el puro espacio neutro y oscuro, muy oscuro del museo. El sonido que va recorriendo los distintos ámbitos de la exposición (músicas hindúes) va acompañando estos pliegues y repliegues como si no existieran ni puertas ni ventanas, ni principio ni fin: y en esta “navegación” todo es posible, desde las energías de los vivos, los ecos de los muertos, la intensidad
que transita entre nuestros deseos, cuerpos, historias, imágenes y palabras.

Y es así como se expolica el discurso curatorial de la muestra en la que los protagonistas no son los conceptos, sino los artistas y las zonas de concierto y conflicto, afinidad y antagonismo que entre ellos se suscitan. Sumamente interesante resulta el primer encuentro entre el video del artista irlandés John Gerrard, y la versión videográfica de la obra de El Bosco El carro de Heno (1500-1516) en torno a la imagen de una rana, a flote , girando y retorciéndose. Esta energía helicoidal se repite en los dibujos del artista indio Bhagwati Prasad, inspirados en el pensamiento del místico hindú Ravidas del siglo XVI y una biblioteca-caverna de gran formato (Vientre de lo extraño, 2018) de los artistas indios Rupali Gupte y Prasad Shetty, una “infraestructura dura que se
torna organismo fluido y bibliotecas contenidas que se abren a bosques de lo infinitamente extraño”.

Un nuevo encuentro entre el artista chino Liao Fei (Escultura del mundo, 2015) y el neozelandés Mark Chung con un GIF animado nos conduce hacia una reordenación de tecnologías y energías, que se repite en un nuevo encuentro más perturbador e insólito (“Este no es un amor convencional”, reza el título) que compara paisajes mineros de cobre sudafricanos de Dillon Marsch (2014) con una de las obras esenciales de la muestra, el
video Toca y vete (2010) de Cristina Lucas, la única artista española presente en la políglota exposición donde en el acto de arrojar una piedra en una ventada bajo efecto “loop” se consuma la suma de distintos tiempos, el presente continuo y el futuro imperfecto, otro de los “leiv motivs” de la exposición.

Exposición laberíntica, bella e inexpugnable desde una lógica del pensamiento occidental que nos mantiene en un suspense fantasmal de donde , ya en el ultimo tramo expositivo, esculturas (la de Ivana Franke emergente de una larga oscuridad o la barandilla de banco de Hassan Khan de 2010) , dibujos científicos (los de Santiago Ramón y Cajal) y dibujos caligráficos de Rosa Barba conviven en un espacio-acontecimiento donde, más que ante una exposición de obras visuales, nos encontramos ente un conjunto de performances teatralizantes.

“ Dicen que conocemos mejor las galaxias que el fondo de los océanos de la Tierra” afirman el colectivo de artistas, curadores y productores, Raqs Media Collective fundado en 1992 e integrado por Jeebesh Bagchi, Monica Narula, y Shuddhabrata Sengupta reconocidos por su intelectual, inquisitiva y polémica aproximación al mundo del arte basada por una actitud colaborativa incluyendo a arquitectos, científicos, escritores , directores de teatro.

Y así han concebido el proyecto curatorial para el Macba de Barcelona titulado Al descubierto o a escondidas. La presencia rebelde de un futuro íntimo busca “desvelar” el misterio de universos políglotos en los que lo racional y lo político cede su lugar a lo poético.

Resulta interesante acudir al significado del nombre del colectivo: la palabra Raqs se refiere a todo movimiento que se produce “girando” y dando vueltas, a medio camino entre la danza, de contemplación cinética , y la imbricación entre el mundo y el tiempo. Y es este movimiento circular, de eterno retorno, la que explica el recorrido laberíntico de la exposición, la huida de todo ángulo recto, la profusión de paredes curvas, de
muros en diagonal que buscan atravesar romper , rasgar a veces el puro espacio neutro y oscuro, muy oscuro del museo. El sonido que va recorriendo los distintos ámbitos de la exposición (músicas hindúes) va acompañando estos pliegues y repliegues como si no existieran ni puertas ni ventanas, ni principio ni fin: y en esta “navegación” todo es posible, desde las energías de los vivos, los ecos de los muertos, la intensidad que transita entre nuestros deseos, cuerpos, historias, imágenes y palabras.

Y es así como se organiza el discurso curatorial de la muestra en la que los protagonistas no son los conceptos, sino los artistas y las zonas de concierto/ y conflicto, afinidad y antagonismo que entre ellos se suscitan. Sumamente interesante resulta el primer encuentro entre el video del artista irlandés John Gerrard, y la versión videográfica de la obra de El Bosco El carro de Heno (1500-1516) en torno a la imagen de una rana, a flote , girando y.

Esta misma energía helicoidal se repite en los dibujos del artista indio Bhagwati Prasad, inspirados en el pensamiento del místico hindú Ravidas del siglo XVI y una biblioteca-caverna de gran tamaño (Vientre de lo extraño, 2018) de los artistas indios Rupali Gupte y Prasad Shetty, una “infraestructura dura que se
torna organismo fluido y bibliotecas contenidas que se abren a bosques de lo infinitamente extraño”.

Un nuevo encuentro entre el artista chino Liao Fei (Escultura del mundo, 2015) y el neozelandés Mark Chung con un GIF animado nos conducen hacia una reordenación de tecnologías, y energías, que se repite en un nuevo encuentro más perturbador e insólito (“Este no es un amor convencional”, reza el título) que compara paisajes mineros de cobre sudafricanos de Dillon Marsch (2014) con una de las obras esenciales de la muestra, el
video Toca y vete de Cristina Lucas (2010), la única artista española presenta en la políglota exposición donde en el acto de arrojar una piedra en una ventada bajo efecto “loop” se materializa una suma de distintos tiempos, el presente continuo y el futuro imperfecto, otro de los “leiv motivs” de la exposición.

Exposición laberíntica, bella inexpugnable desde una lógica del pensamiento occidental que nos mantiene en un suspense fantasmal donde esculturas (la de Ivana Franke emergente de una profunda oscuridad o la barandilla de banco de Hassan

Khan de 2010) , dibujos científicos de Santiago Ramón y Cajal o las caligrafías de Rosa Barba, conviven en un espacio-acontecimiento donde, más que ante una exposición de obras visuales, nos encontramos ente un conjunto de performaces teatralizantes.

Publicado en CULTURAS de LA VANGUARDIA el 16/02/19