Imma Prieto: «No creo que haya un discurso artístico dominante»

Imma Prieto, crítica de arte y comisaria independiente

Imma Prieto (Vilafranca del Penedès, 1975) es crítica de arte, comisaria independiente y profesora de arte contemporáneo y nuevos medios en la Universitat de Girona. Es miembro de la AICA (Asociación Internacional de Críticos de Arte) y del IAC (Instituto de Arte Contemporáneo). Asmimismo ha sido miembro del grupo de investigación europeo ELAA (European Live Art Archive) y forma parte de los grupos de investigación ‘Teorías del arte contemporáneo’ y ‘ERAMSCI’ de la Universitat de Girona.

Ha comisariado múltiples proyectos a nivel nacional e internacional: en Temp Art Space de Nueva York,  Museo MUCA ROMA de México DF, Hirshhorn Museum de Washington, Fundació Antoni Tàpies, Fabra i Coats, Bòlit Centre d’Art Contemporani, TEA-Tenerife o ARTIUM entre muchos otros.

También destaca por su prolífica producción escrita como crítica de arte: escribe regularmente en el Cultura/s de La Vanguardia y en las revistas A*Desk y Bonart entre otros medios.

Imma Prieto formó parte del Taller de Escritura Crítica II de ON MEDIATION.

 

Helena Moreno – Tu trayectoria se caracteriza por la confluencia del comisariado, la crítica y la investigación. ¿Cómo conviven esos tres ámbitos?

Imma Prieto – Cuando hablo de la crítica no es solo para referirme al cuerpo textual que se puede publicar en un medio u otro; la crítica es una actitud. Para mí la crítica es un modo de pensar y entender la investigación y el comisariado. No puedo entender el comisariado sin la crítica y la investigación. La crítica es cualquier relación que llevas a cabo en tu vida diaria, sea con un objeto de estudio, como puede ser la obra de arte o con la realidad. La actitud crítica te permite establecer relaciones aparentemente no dadas, que es lo que luego te permite, si quieres, aplicarlo a un proyecto curatorial. Cuando hablamos de un texto crítico, ya que entiendo que te refieres a eso, lo pienso también desde la necesidad de aunar actitud crítica e investigación.

HM – ¿En ocasiones resulta difícil desocupar posturas de uno para centrarse en otro?

IP – No, porque para mí no hay uno sin el otro. Aunque no es lo mismo comisariar una exposición o proyecto, que escribir un texto. Lo que sí es imprescindible en ambos casos, como te comentaba, es la investigación y la actitud crítica, es decir, la manera de dialogar con los datos o conocimientos que después te permiten crear un proyecto curatorial o un texto.

HM – Parte de los agentes artísticos tienen la sensación de que cada vez hay más transversalidad entre esos tres espacios; cohabitándose unos a otros, contagiándose.

IM – Una cosa es que el artista se dedique a escribir y a comisariar, y otra que entre las disciplinas haya contaminaciones constructivas. Como ya te he comentado, en cuanto a la transversalidad, yo creo que en la tarea del comisario está implícita la crítica y la investigación; ahí sí hay un espacio de confluencia absoluta.

Algo que tengo muy claro es que la piedra angular de todo es el trabajo artístico, y de ahí surge el comisariado y la crítica como objeto textual. Existimos gracias al trabajo de los artistas.

HM – ¿Permeabilidad es sinónimo de falta de autonomía?

IP – No, sobre todo en cuanto a investigación y crítica: creo que un buen proyecto exige ambas cosas.

HM – Teniendo en cuenta todas estas cuestiones, ¿de qué forma entiendes la práctica curatorial hoy en día?

IP – Siempre depende de aquello sobre lo que estás trabajando. Pero siempre es necesaria la investigación y la critica, parece que me repita pero comisariar no es disponer las obras en el espacio y escribir un texto que hable sobre el proyecto. El comisariado es una propuesta concreta para leer y cuestionar la realidad a partir de la obra de un solo artista o de un colectivo. Lo básico en todo es hacerse preguntas, porque es lo que te va a llevar a crear nuevos interrogantes que de algún modo alimentan la investigación.                                             

La crítica es desmontar, abrir espacios, interpretar. El comisariado es el modo de crear un recorrido visual mediante el que compartes una reflexión en torno a unos conceptos.

HM – Me da la impresión de que justamente aquí en Barcelona hay una cierta reticencia a ese contagio u horizontalidad, en paralelo a una voluntad de desarrollarla por parte de algunas instituciones, galerías y proyectos.

IP – Llevamos años malos pero ahora mismo creo tenemos varios programas y proyectos que sí parten de ahí. Otra cosa es que tengamos que replantearnos las políticas culturales y el funcionamiento de algunas instituciones. Por cierto, Marina Vives acaba de llevar a cabo una investigación en torno al estado de las instituciones catalanas.

Volviendo a programas interesantes, La Virreina es el ejemplo de todo lo que te estoy diciendo: investigación, crítica y comisariado están presentes en cada uno de los proyectos que se llevan a cabo desde la institución. Pueden ser proyectos curatoriales, de investigación o editoriales… pero en todos está implícita la crítica y la investigación. Podemos entenderlo a través de algunas de las muestras de fotografía que se han organizado o, por ejemplo, la individual de Kluge o Ketty La Roca. Me viene en mente también el proyecto que ahora lleva a cabo Tania Adams, ‘Micro-Historias de la diáspora’. La exposición de Melanie Smith en MACBA también es un buen ejemplo de ello… acerca de cómo la investigación y la crítica están presentes en una exposición. O el programa d’Espai 13 en la Fundación Miró, por cierto, el de este año de Pilar Cruz es fabuloso.

No siempre se consigue y de hecho creo que aquí en Barcelona sería interesante poder llevar a cabo un debate de fondo. Pero la crítica no interesa, parece que solo cuentan los números (visitantes), o titulares que a veces aparecen como el de trabajar para todos los públicos (algo que no solo es absurdo, sino mediocre). Los artistas, comisarios, gestores y profesionales del sector siempre trabajamos para todos los públicos. Y ello no tiene nada que ver con simplificar los contenidos. Falta replantear muchos temas, y lo sabemos todos.

Desde el punto de las políticas culturales es importante dar más autonomía a los centros: las políticas culturales tienen que crear las infraestructuras para que los centros sean independientes en todos los sentidos. Deben ayudar a que los proyectos se lleven a cabo, no puede decidir cómo éstos se materializan. Cómo se hacen los proyectos depende de los agentes que trabajan en el sector. Los políticos son políticos, y los directores de centros, los curadores, etc. tienen que poder desarrollar su papel, y para eso tienen que poder tener libertad.

HM – ¿Crees que hay un cierto interés por parte de algunas instituciones, galerías y centros en que de alguna manera la situación se estanque ahí?

IP – No, creo que desde el sector del arte la mayoría tenemos interés en que la cosa revierta y vuelva a salir a flote. No todos por igual, eso también está claro: hay galerías y/o centros que más y otros que menos. Tenemos que permitirnos puntualizar y ser concretos, sino nos perdemos en estas divagaciones. No hay que tener miedo a apuntar.

HM – ¿Con qué bordes se encuentra el desarrollo artístico en esta ciudad?

IP – Si las políticas culturales no establecen un nuevo plan para que los centros se puedan anclar con fuerza y llevar a cabo proyectos de investigación y de producción, todos estamos limitados, los artistas los primeros. Hay que dejar de colaborar con los centros que no paguen honorarios. Y es algo que todos sabemos pero que sigue pasando, y en el momento en que sigue pasando es porque no nos plantamos. A veces cobra más un traductor que el propio artista o autor de un texto; esto me parece una barbaridad.

HM – ¿De qué modos se puede descentralizar el discurso artístico dominante?

IP – ¿Hay un discurso artístico dominante? No lo creo. Sí acepto que a veces hay temáticas o intereses que de golpe se repiten. Pero siempre dependerá de qué artista hablemos. No creo que el discurso venga dado por el número de exposiciones o ventas que haga un artista, eso no crea discurso, crea titular. Si en los centros está implícito crear grupos de investigación para trabajar proyectos concretos, inevitablemente surgirán nuevas líneas de trabajo y reflexión.                                                                                                                                       

El diálogo es básico. Ahora, también es importante que desde los centros de estudios superiores haya más contacto con la realidad del sector.

HM – ¿Crees que se puede potenciar esa descentralización desde la escritura crítica?

IP – Sí, mediante la escritura crítica se potencia la descentralizaciónn porque se aportan nuevas líneas, grietas, espacios, ideas desde los que pensar el trabajo del artista y el contexto en el que surge. Así cómo también nos permite identificar esas modas portadoras de discursos vacíos, así como exposiciones o artistas que más allá de la etiqueta, poco dicen.

 

Por Helena Moreno Mata