Masotta, un hombre de acción

Oscar Masotta. La teoría como acción.
MACBA.
Barcelona. Plaza dels Àngels, s/n.
Comisaria: Ana Longoni.
Hasta el 11 de septiembre.

 

ANNA MARIA GUASCH

Es ésta la primera vez que se presenta en España el trabajo multidisciplinar del artista, pero también teórico, polemista e intelectual de izquierdas Oscar Masotta (Buenos Aires, 1930-Barcelona, 1979). Esta antológica transversal titulada La teoría como acción quiere rendir también un cierto homenaje al hombre que en los tres últimos años de su exilio europeo (que se inició en Londres en 1974), vivió y murió en Barcelona a la edad de 49 años, en un momento en el que la militancia política y sus recorridos por el psicoanálisis, la semiología y el estructuralismo, y, en general, por los ambientes contraculturales de Barcelona se impusieron a su faceta más propiamente artística.

Para dar cumplida cuenta de esta compleja cartografía a la vez personal, social y testimonial, Ana Longoni, la comisaria de la muestra, la ha segmentado en nueve bloques, en ningún caso cronológicos ni lineales, sino argumentativos y contextuales. Y en cada uno de ellos abunda tanto el material documental, su propia producción artística (de sus pinturas a sus happenings), así como obras de los artistas sobre los que escribió.

¿Qué es un «happening»?

Quizás, en este sentido, y tras pasar un tanto de puntillas por el primero de los apartados, titulado «Papeles personales», en el que, junto a cartas, fotos y libros, podemos encontrar la faceta más convencionalmente artística de Masotta, recomendamos una especial atención a los dos capítulos dedicados al -según apunta el propio Masotta- contradictorio concepto de happening. Así, si en diversos artículos de los años sesenta, como el titulado «Después del pop: nosotros desmaterializamos» (1967), cuestiona el hecho de que la disciplina, tal y como lo había concebido su creador Alan Kaprow, no había arraigado en Argentina («No somos un país de happenistas»), la muestra dedica dos amplios segmentos («Arte de los medios» y «Masotta happenista») a analizar el crecimiento del fenómeno en su país natal. Diverso material documental del colectivo fundado en 1966 por Jacoby, Costa, Escari y el propio Masotta plantean la capacidad teórica de construir «acontecimientos». Y en otro apartado se presentan diversos happenings producidos por el artista, destacando el realizado en el instituto Di TellaPara inducir al espíritu de la imagen, en el que, en un «acto de sadismo social explicitado», veinte hombres y mujeres como mendigos quedaron «expuestos» bajo una iluminación intensa sobre una tarima a cambio de una paga como falsos actores de teatro.

Junto a otros ámbitos de la cita de carácter más literario y teórico como los titulados «Exilio y psicoanálisis» (que indaga en las huellas dejadas por Masotta en Barcelona y sus vínculos con la Gauche Divine); y «Literatura y peronismo» (que recoge sus vínculos con la revista Contorno y el movimiento obrero), la exposición acoge una interesante contribución del denominado «pop argentino» a través de una serie de artistas -la Premio Velázquez Minujin; Squirri, Renart… Los por él denominados «imagineros argentinos»– sobre los que Masotta teorizó desde lo local y lo periférico, pensando más en una folclore propio de la cultura de Buenos Aires que en un pop internacional al que, desde la exaltación de la sociedad de consumo, quería cuestionar.

Sin embargo, el bloque que mejor recoge el espíritu de Masotta y su voluntad de establecer cruces poco ortodoxos entre literatura, política, teoría del inconsciente, medios y arte sea «Derivas», que constata la pervivencia de las ideas masottianas en la vanguardia argentina desde los setenta, como ocurre con el colectivo Tucumán Arde o en las prácticas a caballo entre arte y moda de Eduardo Costa.

Publicado en ABC Cultural el 11/04/2018